Conocido por los experimentos humanos y vejaciones que llevaron a cabo el comandante Karl Koch y su mujer Ilse, la «Loba de Buchenwald», este lugar se estableció en julio de 1937 cerca de Weimar. Fue uno de los primeros y mayores campos creados en Alemania, donde se encerró a judíos, polacos, eslovenos, criminales, homosexuales y prisioneros de guerra, entre otros. Allí murieron alrededor de 50.000 personas, como resultado de los abusos y los trabajos forzados, entre otros crímenes. Alrededor de 10.000 fueron víctimas de las ejecuciones y otros de la crueldad de los guardas de las SS.
Cuando los estadounidenses llegaron al mismo campo de concentración, los prisioneros les advirtieron que estaban convencidos de que Ilse había hecho matar a los que tenían tatuajes para hacer lámparas con su piel.
Años mas tarde, a un joven llamado Mark Jacobson le regalaron un lampara de unos 35 dolares, su amigo le llamó; al principio no sabía muy bien de qué se trataba, aunque ya sabía que era un objeto diferente.
Al principio, Mark Jacobson no le dio mucha importancia a la lámpara que llegó a su casa en abril de 2007. Relata que pocos meses después, cuando empezó a investigar sus orígenes, se dio cuenta de que, además de que era real, nadie se quería quedar con el objeto. A todos les incomodaba su presencia, si se puede utilizar esta palabra para referirse a esta pieza. Después de todo, la pantalla, defiende Jacobson, fue parte de un ser humano. Parece que del pecho de alguien, después de consultar con varios expertos. Es de donde se sacan las piezas más grandes. Además, se añade que para muchos la piel es lo que más cerca está del alma.
A simple vista, la lámpara es pequeña, sobria y tiene una pantalla beige y algo reseca. Pero al mirarla con más detenimiento es posible ver que no se trata de marcas de un pergamino sino de la trama de tejido humano
Pero como la lampara también hubo otros objetos realizados con piel humana, algunos fuera del régimen nazi.
Pero como la lampara también hubo otros objetos realizados con piel humana, algunos fuera del régimen nazi.
En la época Nazi, se sabe que la piel de muchos judíos acabaron como tapas de libros o incluso como pantallas de lámparas.
También existe constancia de muchos casos voluntarios, en los que el último deseo del fallecido era que se forrasen las tapas de algún libro en concreto con su piel, incluso algún escritor famoso recibió en su casa un paquete con la piel de una fan como regalo. De modo que si tenéis en vuestras casas algún ejemplar antiguo de dudosa procedencia, quien sabe… puede que sus tapas inertes tuviesen vida algún día.
También existe constancia de muchos casos voluntarios, en los que el último deseo del fallecido era que se forrasen las tapas de algún libro en concreto con su piel, incluso algún escritor famoso recibió en su casa un paquete con la piel de una fan como regalo. De modo que si tenéis en vuestras casas algún ejemplar antiguo de dudosa procedencia, quien sabe… puede que sus tapas inertes tuviesen vida algún día.
YO ESAS COSAS NO LAS TOCO NI CON UN PUNTERO LÁSER POR DIOS. Quien es tan animal como para hacer semejante barbaridad T_T
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